‘Mujeres me dan bebés para sostener. ¡Soy amada!’ Marina Abramović sobre arte, envejecimiento y ser más grande que Trump | Marina Abramović

But I cannot show my work there because I am too controversial. So I have to be very careful.”

Abramović, now 75, says she is “more and more interested in the future”, and how she can use her art to help the world. “I’m very concerned about the planet.”

She describes a new project, The Life, a long-duration performance piece that will last for 1,000 years, starting in 2022. It will take place in the Siberian tundra, with 100 trees planted in the shape of a circle, and a crystal obelisk in the centre. “I want to leave something that is not about me, not about my ego, but it’s about the planet.”

As our time comes to an end, I ask Abramović what she hopes people take away from her work. “I want to touch them, to make them feel, to make them aware of their own potential and their own power, their own greatness, their own ability to change the world.”

We say goodbye, and I close the laptop. The godmother of performance art disappears from my screen, but her words linger, a reminder of the power of art to provoke, to challenge, and to inspire.

That’s the biggest audience I ever had in my life.” She’s currently in talks for a new show, working on a screenplay and planning a new opera. “I still have a lot of things to do.”

But as she continues to expand her practice, she’s also looking to the future of art. “Art is changing, the public is changing, the way we see art is changing.” She talks about how technology is transforming the art world, with virtual reality experiences and digital art becoming more prominent. “But the most important thing is to keep the human touch, to keep the direct human experience.”

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And that, ultimately, is what Abramović is all about: the human experience, the connection between artist and audience, the power of art to transform consciousness. As she says, “I want to push the boundaries of what art can be, what it can do, how it can change you.” And with her upcoming exhibition in China, she’s continuing to do just that.

No puedo enviarte los datos, eso es incluso más que Trump”, dice, sonando un poco como Trump, quizás … De todos modos, el punto es que Marina Abramović es realmente, realmente famosa. “En algunos países no puedo caminar sin un guardaespaldas. En Italia, las mujeres correrán a la calle y me darán un bebé solo para sostenerlo”. ¿Más grande que el papa, también, quizás? “Honestamente, me aman, es cierto, se siente realmente genial”.

Me pregunto si alguna vez piensa nostálgicamente en los primeros días, viviendo en una furgoneta con Ulay y su perro pastor albanés. “Lo hago”, dice. Y luego se va, diciendo que alguien está haciendo una película sobre ellos en ese momento, y quién la va a interpretar, e incluso la furgoneta es famosa ahora. Alguien la encontró. Fue a un museo en Lyon, también al MoMA. Cuando la vio allí, “entendí lo lejos que había llegado, desde vivir allí, hasta el Museo de Arte Moderno. Realmente lloré, estaba emocionada, ni siquiera podía mirarla, tantos recuerdos, esto tocó profundamente mi corazón …”

Eso es: mis 60 minutos, más un par de minutos extra al principio, han terminado. Debo ir a Shanghai a ver la exposición, dice. Ahora tiene otra entrevista, “con España”. Primero va a desayunar: un melocotón, cortado bonito, en pequeñas rodajas, dos cucharadas de yogur, nueces y miel. Y otra taza de Yorkshire Gold. En serio, Taylors of Harrogate, si estás leyendo, necesitas ponerte en contacto con ella sobre una colaboración: 1.1 mil millones de espectadores …

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