Un curso de grabado en la escuela primaria Pine Ridge.
Crédito: Oficina de Educación del Condado de Butte
El catastrófico incendio Camp Fire arrasó el condado de Butte en el norte de California en 2018, carbonizando el paisaje, cobrándose 86 vidas y destruyendo incontables hogares y hábitats en la ciudad de Paradise.
El incendio forestal más mortífero en la historia moderna de Estados Unidos en ese momento se propagó a la velocidad de 80 campos de fútbol por minuto en su punto máximo, quemando los corazones y mentes de las personas que viven allí, especialmente los niños.
Por eso, la Oficina de Educación del Condado de Butte envió educadores artísticos informados sobre el trauma a las escuelas, para ayudar a los estudiantes a sobrellevar su miedo, dolor y pérdida. Los edificios pueden ser reparados mucho más rápido que las emociones volátiles de los niños marcados por la tragedia. Mucho tiempo después de que las llamas se extinguieran, persistía la sensación elevada de fragilidad que a menudo sigue al trauma.
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¿Puede la educación artística ayudar a transformar las escuelas de California?
En una era de ausentismo crónico y resultados desalentadores en pruebas, ¿puede el arte ayudar a devolver la alegría por aprender a una generación golpeada por la pandemia?
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“Las personas desplazadas de Paradise estaban sufriendo un trauma agudo, corriendo por sus vidas, perdiendo sus casas y siendo desplazadas”, dijo Jennifer Spangler, coordinadora de educación artística en la Oficina de Educación del Condado de Butte. “Este condado ha estado en el centro de muchos traumas impactantes, por lo que tiene sentido que quisiéramos crear algo que lo aborde directamente.
Incluso ahora, años después de la conflagración, muchos residentes todavía están sanando de las secuelas. Por ejemplo, el condado ha soportado grandes cambios demográficos, incluidos picos en la falta de vivienda, a raíz del incendio, que han alterado a la comunidad. Todo eso llegó después de las evacuaciones de la presa de Oroville en 2017 y problemas crónicos de pobreza, adicción a las drogas y desempleo, exacerbando el sentido de trauma.
“El condado de Butte ya tenía las puntuaciones más altas de experiencias adversas en la infancia (ACES) en el estado”, dijo Spangler. “Estamos económicamente deprimidos, con altos números de niños de crianza y vidas familiares inestables y drogas. Creo que el incendio fue solo otra capa, y luego Covid fue otra capa encima de eso.”
Chris Murphy es un artista docente que ha trabajado con niños en las escuelas públicas de Paradise y en la Escuela de la Cárcel de Menores. Él cree que el teatro puede ser una especie de práctica restaurativa, ayudando a los estudiantes a sanar de sus heridas en un espacio seguro.
“La educación artística es tan efectiva para trabajar con estudiantes afectados por el trauma porque el proceso creativo opera a nivel instintivo”, dijo Murphy, un actor conocido por dar voz al personaje de Murray en la franquicia de videojuegos “Sly Cooper” para PlayStation de Sony. “Todas las artes son básicamente una forma de contar una historia y, como seres humanos, estamos programados para participar en la narración como participantes y observadores. Se desarrolla un vínculo de respeto mutuo y confianza entre el grupo a medida que observan las actuaciones de los demás y se hacen reír mutuamente. Con el tiempo, el ambiente adquiere una calidad más relajada y segura”.
Una clase de percusión en la Escuela Secundaria Palermo. Crédito: Oficina de Educación del Condado de Butte
Otra artista docente, Kathy Naas, se especializa en enseñar percusión como parte de un plan de estudios de aprendizaje socioemocional que ayuda a los estudiantes a encontrar redención en los ritmos de llamada y respuesta viscer…