Añadiendo a las preocupaciones sobre la forma en que el mundo está manejando el cambio climático, la Organización Meteorológica Mundial, externa dice que las concentraciones de gases de efecto invernadero alcanzaron un récord en 2023.
El aumento el año pasado fue mayor que en los 12 meses anteriores, debido a incendios récord en Canadá y al inicio del evento climático de El Niño, todo sumado a las continuas emisiones de combustibles fósiles.
Pero los científicos de la OMM también dicen que han visto algunas evidencias de que a medida que el mundo se calienta, los árboles no pueden absorber el mismo nivel de CO2 que antes.
Los datos indican que el sureste de la Amazonia ha pasado de ser un sumidero de carbono a una fuente.
“En la Amazonia, la deforestación significa que se pierde el bosque”, dijo la Dra. Oksana Tarasova de la OMM.
“Luego la temperatura comenzó a aumentar, luego el patrón de circulación del aire cambia. Hay menos precipitación, menos absorción de CO2, lo que significa que más CO2 permanece en la atmósfera.”
La Amazonia es un ejemplo de lo que los científicos llaman una retroalimentación climática – donde las temperaturas en aumento pueden actuar sobre sistemas naturales para potenciar las causas del calentamiento.
Entonces, si los bosques y los océanos se vuelven menos capaces de absorber CO2, el calentamiento global podría acelerarse más rápidamente.
“Vemos algunas señales claras. No podemos decir que sea 100% retroalimentación climática porque hay una variabilidad sustancial debido a eventos climáticos de El Niño y La Niña, pero estamos viendo algo sucediendo en el sistema,” dijo Oksana Tarasova.
La OMM dice que la última vez que la Tierra experimentó una concentración comparable de carbono en la atmósfera fue hace 3-5 millones de años – cuando las temperaturas medias eran 2-3C más cálidas que ahora y los niveles del mar eran 10-20 metros más altos.