Algunos comentaristas han cuestionado si ella disfrutó el papel de primera dama en absoluto. Uno de sus biógrafos, la ex reportera de CNN Kate Bennett, mantiene que sí lo hizo a pesar de su renuencia inicial. “Le gustaban todos los accesorios que van con ser primera dama y vivir en la Casa Blanca”, dijo la Sra. Bennett a la revista People en 2021. “Creo que realmente lo disfrutó”. En sus memorias, la Sra. Trump escribió que tiene un “fuerte sentido del deber de usar la plataforma como primera dama para hacer el bien”. Y dijo en una entrevista de 1999 que si su entonces novio Trump alguna vez se postulaba para presidente, usaría a las ex primeras damas Jacqueline Kennedy y Betty Ford como modelos a seguir, llamándolas “muy tradicionales”. La Sra. Kennedy era un icono de la moda que estaba dedicada a la preservación de la Casa Blanca, mientras que la Sra. Ford era conocida como una pionera que abogaba por los derechos al aborto y los derechos de las mujeres. Después de mudarse a Washington, la Sra. Trump comenzó a asumir deberes de primera dama, como organizar almuerzos y cenas de estado para líderes mundiales visitantes. También se enfocó en la estética de la Casa Blanca, ordenando extensas renovaciones y supervisando decoraciones navideñas ambiciosas (y fue grabada en secreto quejándose de esa última tarea). Su ropa fue objeto de fascinación y controversia en los medios, especialmente después de que se la vio usando una chaqueta con la frase “Realmente no me importa, ¿y a ti?” durante un viaje a un centro de detención de niños migrantes en 2018. Dijo que la chaqueta era un mensaje para “la gente y los medios de comunicación de izquierda” que la criticaban. La Sra. Trump volvió a estar bajo fuego después de ser grabada en secreto por su ex amiga y asesora principal. Se le escuchó expresar su frustración por ser criticada por la política de separar a los niños migrantes de sus familias de su esposo. Más tarde reveló que había sido tomada por sorpresa por la política, y le había dicho a Trump en privado que no la apoyaba. La política fue abandonada por el presidente en junio de 2018 después de una tormenta de controversia. El Prof. Vigil dice que uno de los mayores desafíos que la Sra. Trump enfrentó en su primer mandato fue su falta de experiencia política, así como una puerta giratoria de personal, que era igualmente inexperto y a veces desleal. Pero la Sra. Trump se mantuvo ocupada en silencio de todos modos, agrega el Prof. Vigil, abogando por temas como el bienestar de los niños a través de su campaña Be Best contra el acoso en línea. Se vio obligada a defender esa campaña dada la agresiva utilización de las redes sociales por parte de su propio esposo, diciendo a CBS en 2016 que la forma en que se comportaba en línea lo metía en problemas y aumentaba sus seguidores. También abogó por los niños afectados por la crisis de los opioides, y desde entonces ha comenzado una fundación que recauda fondos para la educación de niños en acogida. Muchos esperan que ese trabajo continúe una vez que regrese a Washington, aunque no está claro si vivirá allí a tiempo completo. El Prof. Vigil dice que el papel de primera dama ha evolucionado a lo largo de los años y la Sra. Trump “tomará decisiones sobre qué tan activa en público quiere ser”. “Y creo que lo hará de manera mucho más intencional”.