El líder de la región separatista de Abjasia en Georgia está renunciando después de días de protestas masivas por un polémico proyecto de ley pro-Rusia.
La oficina de prensa de Aslan Bzhania dijo que renunciaba “para mantener la estabilidad y el orden constitucional” y que ambas partes acordaron que los manifestantes que habían tomado por asalto el parlamento en Sukhumi debían dispersarse el martes.
El proyecto de ley, que habría legalizado la inversión y la propiedad de tierras rusas, ha sido retirado.
Abjasia declaró su independencia en 1999, y Rusia la reconoció como un estado independiente después de la guerra entre Georgia y Rusia en 2008. Georgia dice que Abjasia está “ocupada” por Moscú.
La mayoría de los países consideran que la zona en la costa del Mar Negro es parte de Georgia.
El proyecto de ley pro-Rusia desencadena protestas en la región separatista de Georgia
En un comunicado publicado en Telegram el lunes por la noche, la oficina de prensa de Bzhania dijo que el parlamento de Abjasia consideraría su renuncia el martes.
Dijo que el vicepresidente de Bzhania se convertiría en el líder interino de Abjasia, quien luego destituiría al primer ministro actual.
El comunicado advirtió que Bzhania retiraría su oferta de renuncia si los manifestantes se negaban a abandonar los edificios gubernamentales.
Bzhania se describe a sí mismo como presidente de Abjasia, pero Georgia y la mayoría del mundo no reconocen su autoridad.
La oposición de Abjasia no ha comentado sobre la oferta de renuncia de Bzhania.
Ubicada a lo largo del Mar Negro y las montañas del Cáucaso, Abjasia es conocida por su belleza natural y su costa, y era uno de los destinos vacacionales favoritos de la élite soviética hasta el colapso de la URSS en 1991.
Los locales temían que el proyecto de ley propuesto desencadenara una oleada de inversión rusa, sacándolos del mercado inmobiliario y fortaleciendo aún más el control de Moscú sobre la región.
Respaldada por Rusia, Abjasia luchó una guerra de secesión con Georgia en 1992-93, antes de declarar unilateralmente su independencia.
La economía de Abjasia depende abrumadoramente del turismo procedente de Rusia.
En 2009, Moscú firmó un acuerdo de cinco años con Abjasia para tomar el control formal de sus fronteras con el resto de Georgia, mientras que en 2014 Moscú y Sukhumi firmaron un acuerdo de “asociación estratégica”.