Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) comenzaron una ofensiva importante contra Hezbollah en septiembre, llevando a cabo ataques aéreos y también enviando tropas al sur del Líbano. Las hostilidades se intensificaron después de que Hezbollah, respaldado por Irán, disparara repetidos salvas de cohetes hacia Israel en solidaridad con Hamas, el grupo palestino que llevó a cabo el ataque mortal del 7 de octubre de 2023 en el sur de Israel. El objetivo declarado de Israel en su guerra contra Hezbollah es permitir el regreso de aproximadamente 60,000 residentes que han sido desplazados de comunidades en el norte de Israel debido a los ataques del grupo. En el Líbano, el conflicto ha cobrado la vida de más de 3,500 personas y ha obligado a más de un millón de personas a abandonar sus hogares, según las autoridades libanesas. A principios de esta semana, un mediador estadounidense visitó tanto a Israel como a Líbano en un intento de asegurar un alto el fuego. Amos Hochstein indicó que se había logrado cierto progreso, pero no ha comentado públicamente ningún detalle.