A federal police report has revealed that Brazil narrowly avoided a far-right military coup and the assassination of a supreme court judge just before President Luiz Inácio Lula da Silva assumed office in January 2023. The report, made public on Tuesday, describes a three-year conspiracy to help right-wing populist Jair Bolsonaro stay in power by spreading false claims of electoral fraud through social media. The report also details a failed attempt to have Bolsonaro sign a “coup decree” on December 15, 2022, which would have led to a military takeover. However, the plot was thwarted due to lack of support from Brazil’s military top brass. Bolsonaro has denied involvement in any coup plot, but the police report alleges that he had direct control over the criminal organization behind the attempted coup. The report also reveals contingency plans, including a military-style escape plan for Bolsonaro in case the coup failed. Additionally, there were plans to abduct or assassinate a supreme court judge and poison or harm Lula and his vice-president. The report sheds light on the delicate balance between democracy and authoritarianism in Brazil, harkening back to the country’s history of military rule that lasted for 21 years after a coup in 1964. Fue responsable de un decreto notorio llamado AI-5 que le otorgó amplios poderes dictactoriales y dio inicio a los llamados “anos de chumbo” (años de plomo), un período sombrío de tiranía y violencia que duraría hasta 1974.
¿Qué sucedió durante la dictadura?
Los partidarios del régimen militar de Brasil de 1964-1985 – incluido Jair Bolsonaro – le atribuyen haber traído seguridad y estabilidad al país sudamericano y haber ideado un “milagro” económico de una década.
También impulsó varios proyectos de infraestructura faraónicos, incluida la todavía inacabada carretera Transamazónica y el puente de ocho millas en la bahía de Guanabara de Río.
Pero el régimen, aunque menos violento que los de Argentina y Chile, también fue responsable de asesinar o matar a cientos de sus opositores y encarcelar a miles más. Entre los encarcelados y torturados estuvo Dilma Rousseff, la primera presidenta mujer de Brasil, en ese entonces una rebelde de izquierda.
También fue un período de censura severa. Algunos de los músicos más queridos de Brasil – incluidos Gilberto Gil, Chico Buarque y Caetano Veloso – se exiliaron en Europa, escribiendo canciones sobre sus partidas forzosas.
¿Cómo terminó?
Los exiliados políticos comenzaron a regresar a Brasil en 1979 después de que se aprobara una ley de amnistía que comenzó a allanar el camino para el regreso de la democracia.
Pero el movimiento pro-democracia “Diretas Já” (¡Elecciones directas ya!) solo cobró fuerza en 1984 con una serie de enormes y históricas manifestaciones callejeras en ciudades como Río de Janeiro, São Paulo y Belo Horizonte.
El gobierno civil regresó al año siguiente y se introdujo una nueva constitución en 1988. Al año siguiente, Brasil celebró su primera elección presidencial directa en casi tres décadas.
Esta semana, las revelaciones han horrorizado y conmocionado a muchos ciudadanos en un país que solo salió de 21 años de dictadura militar en 1985. Varios de los acusados de formar parte del complot golpista pro-Bolsonaro de 2022 eran parte de ese régimen de 1964-85. Durante la década de 1970, el Gen Heleno fue asistente del Gen Sylvio Frota, un miembro infame y radical del régimen militar que estuvo involucrado en el golpe de 1964 que derrocó al presidente de izquierda de Brasil, João Goulart.
“¿Qué tan segura es nuestra democracia?” preguntó el titular de un artículo de opinión en uno de los periódicos más grandes de Brasil, la Folha de São Paulo, el martes por la noche.