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La venta de Royal Mail al multimillonario checo Daniel Křetínský ha sido aprobada por el gobierno del Reino Unido, allanando el camino para que el proveedor de servicios postales anteriormente estatal pase a ser de propiedad extranjera.
La luz verde para la adquisición de £5.3bn de Royal Mail por parte de International Distribution Services, propiedad de Křetínský, está prevista para ser anunciada el lunes por la mañana, según personas familiarizadas con el asunto.
Las dos partes habían acordado un trato en mayo que recibió el respaldo de la gerencia, pero aún estaban esperando una aprobación oficial.
El EP Group de Křetínský había estado en negociaciones tardías con funcionarios y el sindicato de trabajadores postales mientras buscaban más garantías sobre la transacción.
El acuerdo inicial para adquirir Royal Mail venía con varios compromisos, incluyendo mantener su sede en el Reino Unido, reconocer al sindicato de trabajadores postales y mantener la obligación de entregar correo en todo el Reino Unido al mismo costo.
Como parte del acuerdo final, el gobierno del Reino Unido retendrá una llamada “acción dorada” en el servicio postal que le otorga derechos especiales sobre la gobernanza de la empresa, según dijeron las personas.
Křetínský, conocido por sus inversiones en la cadena de supermercados del Reino Unido J Sainsbury y el club de fútbol West Ham United, también se comprometió previamente a respetar las obligaciones de entrega que Royal Mail ha advertido durante mucho tiempo que están frenando su servicio.
A principios de este mes, los reguladores del Reino Unido multaron a Royal Mail con £10.5 millones después de que el grupo no cumpliera con sus objetivos de rendimiento, aumentando la presión sobre el servicio postal.
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El grupo entregó solo el 74.7 por ciento del correo de primera clase dentro de un día laborable después de la recolección, y el 92.7 por ciento del correo de segunda clase dentro de tres días laborables, según encontró el regulador de la industria de las comunicaciones Ofcom.
Estos niveles están muy por debajo de los objetivos del 93 por ciento y el 98.5 por ciento, respectivamente.
La última sanción destaca el desafío al que se enfrenta Křetínský, quien se ha comprometido a modernizar Royal Mail tras años de relaciones tensas con los trabajadores postales y dificultades para adaptarse al auge de las compras en línea.
El gobierno y Křetínský se negaron a hacer comentarios. Un representante de IDS no respondió inmediatamente a una solicitud de comentario fuera del horario comercial. La BBC informó previamente la aprobación del gobierno.