Estamos brindando a nuestros estudiantes cuidado, no un servicio.

Disfruté leyendo “Una mejor metáfora: El estudiante como cliente” (10 de diciembre de 2024) de Keith B. Murray. Si bien estoy completamente de acuerdo con la premisa, necesitamos ir más allá de simplemente considerar a nuestros estudiantes como nuestros clientes.

El cuerpo docente y el personal de las instituciones de educación superior son guardianes tanto de nuestros estudiantes como de sus educaciones. Como tal, asumimos la responsabilidad personal de brindarles todas las oportunidades para tener éxito, manteniendo sólidas prácticas éticas como las identificadas en el artículo de Murray. Como guardianes, cada acción que tomamos es para el cuidado y desarrollo de nuestros estudiantes, y nos esforzamos por mucho más que una relación cliente/proveedor.

Esta es una distinción importante, porque solo como guardianes podemos tomar decisiones éticas sobre asuntos como si aceptar entregas tardías de trabajos, cómo calificamos el trabajo de los estudiantes, cómo abordamos las violaciones de integridad académica y más. Cuando actuamos como guardianes, ganamos esta autoridad. Podemos comunicar decisiones difíciles a los estudiantes incluso cuando los estudiantes creen que nuestras decisiones pueden resultar en un contratiempo. Además de educar sobre un tema en particular, estamos ayudando a nuestros estudiantes a crecer y desarrollarse como participantes en una sociedad global.

En la educación superior hemos introducido nuestras propias barreras a esta mentalidad. Un ejemplo simple: En mi institución, los estudiantes se inscriben en clases colocándolas primero en un “carrito de compras”, similar a lo que hacen los clientes en sitios de comercio electrónico. No es de extrañar que los estudiantes vean la educación como transaccional. ¿Podría nuestra terminología en parte contribuir a algunos de los desafíos que enfrentamos al trabajar con nuestros estudiantes? Los clientes exigen calificaciones. Los clientes demandan calificaciones y servicio. Sin embargo, como guardianes, proporcionamos mucho más. Ponemos todo nuestro ser en apoyar a nuestros estudiantes.

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Nos hacemos merecedores de este papel al mantener los más altos estándares éticos en todo lo que hacemos en nuestro trabajo, al escuchar y proporcionar las mejores soluciones posibles a nuestros estudiantes, incluso si tenemos que negar una solicitud, y siempre poniendo a los estudiantes en primer lugar en nuestra toma de decisiones. El cambio en la terminología y mentalidad por la que abogo puede sonar menor, pero debemos ser muy precisos en nuestra redacción al describir nuestros valores y relaciones.

Jeffrey Vetrano es decano asociado en el campus de Loudoun del Northern Virginia Community College.