Durante años, la Ciudad de Nueva York ha intentado obligar a sus jubilados del servicio público a renunciar a su Medicare y cambiarse a un plan privado de Medicare Advantage. Muchos jubilados comprendieron que MA significa privatización. Cualquier necesidad médica seria requería la aprobación previa de la compañía de seguros; también significaba que la compañía de seguros podía negarse a pagar. Los jubilados estaban furiosos, pero parecía ser una causa perdida, especialmente cuando algunos sindicatos poderosos, incluyendo el United Federation of Teachers, apoyaron el plan de la ciudad.
Marianne Pizzitola, quien se jubiló como Técnica en Emergencias Médicas para el Departamento de Bomberos, organizó la resistencia al plan. Encontró a otros jubilados que se oponían a renunciar a Medicare y educó a otros sobre los aspectos negativos de hacer el cambio. Marianne creó una organización llamada la Organización de Jubilados del Servicio Público de la Ciudad de Nueva York.
La organización cabildeó a funcionarios electos, litigó y mantuvo la presión.
¡Hoy, ganaron! ¡Se enfrentaron al gobierno de la Ciudad de Nueva York, contra todas las probabilidades. ¡Y ganaron!
Brad Lander, el Contralor de la Ciudad de Nueva York, envió esta carta esta noche:
Queridos neoyorquinos,
Noticias masivas para los jubilados de la Ciudad de Nueva York: Hoy la Corte de Apelaciones de Nueva York rechazó trasladar a los jubilados a un plan de Medicare Advantage.
El fallo de hoy es la victoria final para los aproximadamente 250,000 jubilados que lucharon por mantener la atención médica por la que trabajaron y les prometieron. ¡Los adultos mayores seguirán teniendo acceso a todos los proveedores que aceptan Medicare, una victoria para nuestros jubilados del sector público.
El plan de Medicare Advantage de la Ciudad habría limitado a nuestros jubilados a una red más pequeña con requisitos de atención más restrictivos. Muchos servidores públicos ingresaron a la fuerza laboral municipal con la promesa de salarios de clase media, pensiones y un plan de jubilación. El cambio a algo menos que esa promesa completa fue difícil de aceptar.
Cuando el contrato de Medicare Advantage fue presentado a mi oficina el año pasado, nos negamos a registrarlo, sabiendo que la litigación planteaba dudas sobre la autoridad de la Ciudad para celebrar el contrato. Como cuestión de política pública, más allá del alcance de la responsabilidad específica de nuestra oficina según la Carta para el registro de contratos, me preocupaba seriamente la privatización de los planes de Medicare, el cobro excesivo por parte de las compañías de seguros y las barreras para la atención bajo Medicare Advantage.
Es vital que todos nuestros adultos mayores, y todos los neoyorquinos, reciban cobertura de salud de calidad como un derecho humano básico. Al mismo tiempo, dada la creciente de los costos de la atención médica tanto para los jubilados como para los empleados activos, no podemos ignorar que hay verdaderas preguntas de costos que enfrenta la Ciudad en cuanto a la atención médica.
Gracias,
Brad