Después de una larga demora, la planta nuclear francesa se pone en marcha.

La central nuclear insignia de Francia en Flamanville, Normandía, finalmente entrará en servicio el viernes después de una docena de años de retraso, anunció el operador EDF el miércoles. La conexión a la red del reactor Flamanville 3 EPR está planeada para el 20 de diciembre de 2024, pero la operación se llevará a cabo en diferentes niveles de potencia hasta el verano de 2025 en una fase de pruebas de varios meses. Después de esta fase de pruebas, está previsto que el reactor funcione al 100 por ciento de potencia hasta un primer cierre programado para mantenimiento y recarga de combustible, denominado Visita Completa 1 (VC1), según indicó EDF. El inicio de la planta de nueva generación se retrasa 12 años después de una multitud de contratiempos técnicos que hicieron que el costo del proyecto se disparara a unos 13,2 mil millones de euros, cuatro veces más de la estimación inicial de 3,3 mil millones. Para conmemorar el inicio de la operación, EDF celebrará una conferencia de prensa el viernes en su sede en París. El inicio se inició el 3 de septiembre, pero tuvo que interrumpirse al día siguiente debido a un “apagado automático” antes de reanudarse unos días después. El inicio inicial marcó el comienzo de un aumento gradual de la potencia hasta el 25 por ciento de la capacidad, lo que permitió que el reactor se conectara a la red eléctrica. La conexión a la red estaba inicialmente prevista para finalizarse antes de finales del verano. El EPR, un reactor de agua a presión de nueva generación, es el cuarto de su tipo en el mundo. También es el 57º reactor de la flota nuclear francesa, y el más potente del país con 1,600 MW. En última instancia, debería suministrar electricidad a más de dos millones de hogares. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha decidido aumentar la energía nuclear para reforzar la sostenibilidad energética francesa al ordenar seis reactores EPR2, así como ocho adicionales opcionales de EDF en un compromiso político que cuesta decenas de miles de millones de euros. La nueva política nuclear ha ayudado a EDF a superar una crisis que requería que se realicen controles o reparaciones en múltiples reactores debido a un problema de corrosión por estrés, lo que provocó una caída en la producción de energía. La energía nuclear representa alrededor de tres quintos de la producción de energía francesa y el país cuenta con uno de los programas de energía nuclear más grandes del mundo. Esto contrasta fuertemente con Alemania, la potencia de la UE vecina, que abandonó la energía nuclear el año pasado al cerrar los tres últimos de sus reactores.

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