CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Dos miembros más de las fuerzas armadas de México han sido asesinados por una mina terrestre improvisada, justo días después de que dos soldados murieran en una explosión similar, confirmaron funcionarios el jueves.
Las explosiones, ambas en el estado occidental de Michoacán, marcan un saldo de muertos sin precedentes en una semana por dispositivos explosivos improvisados, o IEDs, plantados por cárteles de la droga en México.
Carlos Torres, el secretario de interior de Michoacán, dijo que los dispositivos, a menudo descritos como potentes bombas de tubería, fueron aparentemente plantados alrededor de laboratorios de drogas o campamentos de cárteles. Pero sugirió que las bombas podrían haber sido destinadas a repeler a bandas rivales, y no necesariamente a matar a miembros de las fuerzas armadas.
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“Colocan este tipo de dispositivo alrededor de ciertas áreas clave, como laboratorios de drogas o campamentos o lugares donde existe el crimen organizado, para sus enemigos o adversarios”, dijo Torres.
El gobierno estatal de Michoacán dijo que una de las víctimas en la explosión más reciente del miércoles era un sargento del ejército, y el otro un miembro de la Guardia Nacional. Torres dijo que murieron mientras patrullaban en una zona del sur del estado dominada por el cártel de Jalisco.
La Guardia Nacional es una fuerza militarizada que a menudo patrulla con el ejército y a menudo incluye soldados en servicio activo en sus filas.
El lunes, dos soldados murieron en una explosión similar y otros cinco resultaron heridos en otra parte del estado dominada por la banda de los Cárteles Unidos.
Torres dijo que se han localizado y desactivado más minas improvisadas.
El cártel Jalisco ha estado envuelto en una sangrienta batalla territorial de años con los Cárteles Unidos, formados principalmente por una banda conocida como los Viagras, por el control de Michoacán, que alberga tanto laboratorios que producen drogas sintéticas como metanfetaminas, como puertos de la costa del Pacífico utilizados para contrabandear drogas y productos químicos precursores utilizados para fabricarlas.
El ejército había reconocido previamente haber sufrido solo seis muertes por IEDs entre 2018 y 2024.
Los ataques previos contra las fuerzas del orden también han incluido el uso de drones que lanzan bombas, y el ejército no confirmó si las seis muertes anteriores en los últimos seis años fueron causadas por drones o bombas en la carretera, o ambas.
Torres dijo que en el área alrededor de Buenavista, Michoacán, en las tierras calientes del sur del estado —donde ocurrió la explosión del miércoles—, se sabe que las bandas han utilizado tanto minas terrestres como pequeñas bombas lanzadas por drones. Al menos algunos civiles también han muerto por los dispositivos.
El general de la Defensa, Ricardo Trevilla, dijo el martes que los dispositivos como el que explotó el lunes eran “muy rústicos”. Pero su descripción de la escena donde murieron los dos soldados el lunes sugirió que podría haber sido una especie de trampa macabra.
Trevilla dijo que el ejército envió una patrulla para investigar informes de un campamento de hombres armados en una zona rural. Las fuerzas armadas detectaron un área protegida por empalizadas que parecía ser un campamento, pero cuando los soldados se acercaron en vehículos, encontraron el camino bloqueado por troncos, por lo que tuvieron que bajar y acercarse a pie.
Al acercarse, vieron tres cuerpos desmembrados cerca del campamento, que parecía estar abandonado. Pero a medida que se acercaban, explotó un dispositivo enterrado y alcanzó a los soldados.
En el único informe detallado anterior sobre los ataques con bombas de los cárteles en agosto de 2023, el departamento de defensa mexicano dijo en ese momento que un total de 42 soldados, policías y sospechosos resultaron heridos por IEDs en los primeros siete meses y medio de 2023, frente a los 16 de todo 2022.