Dondequiera que estés, te deseo una muy Feliz Navidad. Te deseo felicidad, alegría y muchas razones para sonreír en el año que viene.
No sé tú, pero encuentro que la Navidad es tanto un momento de alegría como de tristeza. Trae de vuelta recuerdos de la infancia, recuerdos de la familia que se vuelven más sentimentales a medida que envejezco. Recuerdo las risas, los pequeños contratiempos, la anticipación y la presencia de seres queridos que ya no están con nosotros.
A pesar de ser judío, mi familia siempre tenía un árbol de Navidad que decorábamos; me encantaba colgar las largas tiras de papel de aluminio. Tenía siete hermanos y hermanas. Todos esperábamos con gran emoción el toque de medianoche para bajar corriendo a abrir nuestros regalos.
Mis padres ya no están. Tres de mis hermanos han fallecido. La Navidad nunca será igual.
Disfruta de tu familia, sin importar sus edades. Ten una Navidad encantadora y convierte el día en una celebración de amor, paz, amabilidad y compasión.