La administración Biden continúa explorando formas de perdonar la deuda de préstamos estudiantiles para cientos de miles de prestatarios en todo el país, incluso después de un fallo desfavorable de la Corte Suprema en junio. Eso es algo bueno. Pero lo preocupante es cómo el debate sobre este tema, y el enfoque en los estudiantes con niveles abrumadores de deuda, han contribuido al mito de que la universidad es inasequible y, como resultado, no vale la pena.
La verdad es que ir a la universidad ofrece enormes beneficios, especialmente para los estudiantes de familias de bajos ingresos; y en California, estamos haciendo importantes avances en la creación de un camino asequible y libre de deudas hacia la universidad. Hoy en día, más de la mitad de los estudiantes en los campus de la Universidad de California (55%) y de la Universidad Estatal de California (51%) no pagan matrícula debido a una combinación de ayuda federal, estatal e institucional. Donde muchos estudiantes están luchando y necesitan más apoyo es en cubrir los crecientes costos de vivienda, alimentos, libros, tecnología, cuidado infantil y otras necesidades.
Cuando yo era niña, mi papá era trabajador de chapa y mi mamá era secretaria. A pesar de no haber asistido a la universidad ellos mismos, mis padres estaban decididos a darles a sus tres hijos la oportunidad de obtener un título universitario. Me alegra que no nos hayamos disuadido de ir a la universidad por los costos involucrados. Nos ha dado muchos beneficios a mis hermanos y a mí; y ahora la siguiente generación en nuestra familia también ha ido a la universidad.
Por eso me preocupo tanto cuando veo estudios que muestran que los estadounidenses cada vez ven menos valor en una educación universitaria. Por ejemplo, una encuesta reciente del Wall Street Journal/NORC encontró que más de la mitad de los estadounidenses no creen que un título universitario valga el costo. Un resultado de esta percepción errónea es que las tasas de inscripción y los logros de credenciales de pregrado son más bajos de lo que eran antes de la pandemia.
Estas tendencias van en contra del hecho irrefutable de que un título de cuatro años es una inversión cada vez más importante en la economía del siglo XXI. La investigación es clara: los graduados universitarios tienen mayor éxito en el mercado laboral y acumulan niveles mucho más altos de riqueza con el tiempo. De hecho, la diferencia salarial entre los graduados universitarios y de secundaria está en su punto más alto. Quizás lo más importante, los estudiantes de hogares de bajos ingresos tienen cinco veces más probabilidades de salir de la pobreza si obtienen un título universitario.
Para preservar la promesa de la educación superior, debemos remodelar la narrativa que rodea sus beneficios y trabajar incansablemente para mejorar la asequibilidad. Durante el último año, los defensores en California presionaron con éxito por reformas cruciales que, si se financian completamente, crearán un camino más claro hacia una educación superior sin deudas para los estudiantes en todo el estado. Los cambios más significativos fueron en el programa de Cal Grant, el programa de ayuda financiera más grande del estado, que eliminó las barreras para recibir ayuda financiera basadas en la edad del estudiante, el tiempo transcurrido desde la graduación de la escuela secundaria y el promedio de calificaciones.
Es alentador ver a California dando estos y otros pasos hacia la creación de un camino sin deudas hacia la universidad para más estudiantes, y sin embargo se necesitan más reformas.
Por ejemplo, los estudiantes necesitan más apoyo financiero para sus necesidades básicas. Hoy en día, todos los campus de la Universidad de California y 12 de los 23 campus de la Universidad Estatal de California tienen centros que brindan necesidades básicas como alimentos, alojamiento de emergencia y una amplia gama de servicios de apoyo para los estudiantes. Además, todos los campus de la CSU ofrecen apoyo de vivienda de emergencia, asistencia alimentaria y asistencia financiera. Especialmente en un momento de aumento de los costos de vivienda, alimentos y otras necesidades, las necesidades básicas son fundamentales para la confianza y el éxito de los estudiantes en la educación superior. Y el gobierno, la filantropía y las instituciones educativas pueden y deben hacer más para ayudar.
No hay duda de que es más fácil ir a la universidad si tu familia tiene un buen nivel económico. Un estudio de julio citado en el New York Times mostró que 1 de cada 6 estudiantes en algunas de las escuelas más elitistas del país tienen padres en el 1% superior de las familias clasificadas por ingresos. Pero eso no debería desanimar a los estudiantes de familias de bajos ingresos a perseguir sus sueños universitarios.
Como estudiante latina de primera generación, no sabía cómo encontrar más recursos para apoyar mi camino universitario, mi familia y yo estábamos solos. No tiene por qué ser así. El estado de California y nuestras universidades y colegios deben seguir trabajando arduamente para desmitificar la ayuda financiera y asegurarse de que los estudiantes conozcan todos los recursos disponibles para apoyarlos en su camino hacia la educación superior. Todo comienza con asegurarse de que los estudiantes completen sus solicitudes de ayuda financiera para recibir asistencia estatal y federal, que es el enfoque de una nueva política estatal que responsabiliza a las escuelas secundarias de California por hacerlo.
Al mirar hacia el año escolar 2023-24, comprometámonos a asegurarnos de que todos los estudiantes tengan la información, los recursos financieros y el apoyo que necesitan para alcanzar sus sueños universitarios. Y si tú o un miembro de tu familia están considerando ir a la universidad, no dejes que los titulares te asusten. La universidad es más valiosa hoy que hace 25 años, y debemos seguir trabajando para ayudar a los estudiantes a encontrar un camino hacia un título asequible y las recompensas innegables que vienen con él.
•••
Monica Martinez es la directora de programas para el éxito universitario en el Fondo Evelyn y Walter Haas Jr. en San Francisco. Es una experta en educación y autora del libro “Deeper Learning: How Eight Public Schools are Transforming Education in the 21st Century”.
Las opiniones en este comentario son las del autor. Los comentarios publicados en EdSource representan puntos de vista diversos sobre los sistemas de educación pública de California. Si desea enviar un comentario, por favor revise nuestras directrices y contáctenos.