Sobrevivientes del barco de buceo en el Mar Rojo acusan a las autoridades de encubrimiento.

En marzo, un incendio en otro barco de Dive Pro Liveaboard – el Sea Legend – mató a un turista alemán. El año pasado, Maritime Survey International, una consultora independiente, produjo un informe sobre la seguridad de los barcos de buceo en el Mar Rojo. Inspeccionó ocho embarcaciones, aunque no incluyendo ninguna operada por Dive Pro Liveaboard, y encontró que ninguna tenía “un sistema de mantenimiento planificado, un sistema de gestión de seguridad o libros de estabilidad”, un documento crucial para evitar el vuelco. También encontró que los estándares de diseño eran “pobres, ya que todas las embarcaciones carecían de mamparos estancos, puertas y escotillas”. Concluyó que ninguna embarcación era segura y que la industria de los barcos de buceo en Egipto “ejerce su comercio en gran parte sin regulación”. El 7 de enero, un grupo de 15 sobrevivientes, incluidos muchos de los que hablamos, enviaron un correo electrónico a la Cámara de Buceo y Deportes Acuáticos de Egipto (CDWS), que regula todas las actividades de buceo y está vinculada al Ministerio de Turismo. Transmitieron sus preocupaciones de seguridad y cuestionaron por qué Dive Pro Liveaboard aún podía operar. El director gerente de CDWS respondió el 9 de enero y dijo que se estaba llevando a cabo una investigación sobre el caso, la cual se tomaba “muy en serio”. Agregó que se tomarían “medidas apropiadas” contra cualquier negligencia… que resultara en la compromiso de la seguridad de las personas”.

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