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Donald Trump ha iniciado una era de disrupción para la economía global, amenazando con nuevos aranceles contra los aliados de Estados Unidos y moviéndose para desmantelar la agenda nacional y extranjera de Joe Biden justo horas después de su regreso a la Casa Blanca.
En comentarios variados a los reporteros en la Oficina Oval el lunes por la noche, Trump amenazó con imponer aranceles de hasta el 25 por ciento a las importaciones de Canadá y México a partir del 1 de febrero, golpeando las monedas de los países y haciendo bajar los futuros de acciones de EE. UU.
El recién nombrado presidente número 47 de Estados Unidos también amenazó con aplicar aranceles a las importaciones chinas de hasta el 100 por ciento si Beijing no acordaba vender al menos el 50 por ciento de la aplicación TikTok a una empresa estadounidense, y aranceles a los productos de la UE a menos que compraran más petróleo estadounidense.
Los comentarios y el impacto en los mercados globales ofrecieron otro recordatorio de la disposición de Trump a trastornar el orden mundial y participar en negociaciones coercitivas de alto riesgo para imponer la voluntad de Estados Unidos a socios comerciales clave.
Los comentarios de la Oficina Oval llegaron justo horas después de que Trump utilizara su discurso inaugural para prometer el fin del “declive” estadounidense y el inicio de una nueva “edad dorada” basada en una reversión drástica de la agenda progresista de la administración Biden.
El presidente de 78 años anunció rápidamente nuevos pasos agresivos para impulsar la producción de combustibles fósiles, deportar inmigrantes y ofrecer la plataforma populista y nacionalista que lo llevó a la victoria en la carrera presidencial de la Casa Blanca del año pasado.
Revocó docenas de órdenes ejecutivas de Biden relacionadas con todo, desde el avance de la equidad racial y la sanción de colonos extremistas israelíes en Cisjordania, hasta el fortalecimiento de Medicaid y la promoción del acceso al voto.
La revisión integral incluyó la retirada de EE. UU. una vez más del pacto climático de París y marcó una declaración de intenciones por parte del político de derecha preeminente del mundo, quien fue elegido después de prometer revertir la agenda de la administración Biden.
Trump también anunció que perdonaría a las personas condenadas por participar en el motín del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de EE. UU., cuando sus seguidores asaltaron el Congreso para detener violentamente la certificación de la victoria electoral de Biden en 2020.
Los indultos a los alborotadores evocaron el notable regreso de Trump en sí mismo, quien ganó la elección del año pasado a pesar de convertirse en el primer presidente en ser condenado por un delito grave y después de dos intentos de asesinato en su contra.
La bravata comercial de Trump creció a lo largo del día. En su discurso inaugural, Trump sugirió que los aranceles eran su herramienta preferida en la diplomacia económica internacional y serían vitales para aumentar los ingresos para EE. UU., ignorando su potencial para aumentar los precios para los consumidores estadounidenses.
“En lugar de gravar a nuestros ciudadanos para enriquecer a otros países, impondremos aranceles y gravámenes a los países extranjeros para enriquecer a nuestros ciudadanos”, dijo.
Trump dijo que un plan para imponer un arancel universal a todas las importaciones, una medida que promocionó durante su campaña, seguía sobre la mesa.
Trump habló en la Oficina Oval rodeado de asesores clave como la jefa de gabinete Susie Wiles, el jefe de política Stephen Miller y Peter Navarro, su principal asesor de la Casa Blanca en política comercial y manufacturera.
Señalando que la represión a la inmigración seguía siendo una prioridad de política nacional, Trump también firmó una emergencia nacional en la frontera entre EE. UU. y México y tomó medidas para restringir la ciudadanía por nacimiento para aquellos nacidos de inmigrantes indocumentados en suelo estadounidense.
“Eso es un gran tema… Somos el único país en el mundo que hace esto con el derecho al nacimiento”, dijo, aunque docenas de otras naciones permiten ese derecho.
La medida de Trump casi con certeza será impugnada en los tribunales por violar la decimocuarta enmienda de la Constitución de EE. UU.
El presidente también ordenó al Pentágono que redactara un plan para desplegar tropas en la frontera entre EE. UU. y México.
Trump también designó a los cárteles de drogas como organizaciones terroristas extranjeras. Enviar fuerzas especiales de EE. UU. a México para acabar con ellos “podría suceder. Cosas más extrañas han sucedido”, agregó.
Trump se negó a decir si la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas comenzaría redadas en las principales ciudades el martes para llevar a cabo detenciones de migrantes indocumentados. “No quiero decir cuándo, pero sucederá, tiene que suceder, o no tendremos un país”.
Entre sus promesas de política exterior, Trump dijo que EE. UU. recuperaría el control del Canal de Panamá y “construiría el ejército más fuerte que el mundo haya visto”, incluso cuando prometía poner fin a las guerras en Ucrania y Oriente Medio, diciendo que sería un “mediador de paz”.
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