Rhodes, un ex paracaidista del ejército de EE. UU. y abogado graduado de Yale, había sido acusado de liderar un contingente de miembros de su grupo Oath Keepers a Washington. Aunque Rhodes no ingresó al Capitolio, dirigió a sus miembros desde afuera y fue sentenciado en 2023 a 18 años de prisión. Tarrio fue encontrado culpable de conspiración sediciosa – un cargo raramente utilizado de planear derrocar al gobierno – por los disturbios. No estaba en Washington DC durante los disturbios pero dirigió a otros involucrados. Recibió una condena de 22 años, una de las más largas otorgadas. En medio de los indultos y conmutaciones, Trump también firmó una orden que dirigía al Departamento de Justicia a desechar todos los casos pendientes contra sospechosos acusados en los disturbios. Un defensor principal de esos acusados – Edward R Martin – también fue nombrado Fiscal Interino de los Estados Unidos para Washington DC, mostrando la profundidad del deseo de Trump de poner fin a las acusaciones de años. La oficina de Washington estaba a cargo de juzgar los casos relacionados con el 6 de enero. Los demócratas han condenado la liberación de más de 1,000 personas como un intento de reescribir la historia y de sanear la violencia de los disturbios que llevaron a múltiples muertes. Trump ha descrito el día como “pacífico” y a los alborotadores encarcelados o presos como “rehenes”.
