El decreto ejecutivo del presidente Trump designando a los cárteles mexicanos y otras organizaciones criminales como terroristas extranjeros podría obligar a algunas empresas estadounidenses a renunciar a hacer negocios en México en lugar de arriesgarse a sanciones de EE. UU., según ex funcionarios gubernamentales y analistas, un resultado que podría tener un efecto importante en ambos países dada su profunda interdependencia económica.