La mayoría de las muertes registradas desde la caída del régimen de Assad ocurrieron en antiguas líneas de frente de batalla, según los Cascos Blancos. La mayoría de los fallecidos eran hombres. El Sr. Talfah nos llevó a dos campos enormes llenos de minas terrestres. Nuestro coche siguió el suyo por un largo, estrecho y sinuoso camino de tierra. Es la única ruta segura para llegar a los campos. A lo largo de los lados del camino, los niños corren por la zona. Hassan nos dice que son de familias que han regresado recientemente. Pero los peligros de las minas los rodean. Al bajarnos del coche, señala una barrera en la distancia. “Este era el último punto que separaba las áreas bajo el control de las fuerzas gubernamentales de las mantenidas por grupos de oposición en la provincia de Idlib”, nos dice. Agrega que las fuerzas de Assad plantaron miles de minas en los campos más allá de la barrera, para evitar que las fuerzas rebeldes avanzaran. Los campos alrededor de donde estamos parados eran una vez tierras de cultivo vitales. Hoy, están todos estériles, sin vegetación visible excepto por las partes verdes de las minas terrestres que podemos ver usando binoculares. Sin experiencia en desminado, todo lo que los Cascos Blancos pueden hacer por ahora es acordonar estos campos y colocar señales a lo largo de sus fronteras advirtiendo a la gente. También pintan mensajes de advertencia en barreras de tierra y casas alrededor de los bordes de los campos. “Peligro – minas terrestres por delante”, dicen. Lideran campañas para concienciar a los lugareños sobre los peligros de entrar en tierras contaminadas. En nuestro camino de regreso, nos encontramos con un agricultor de unos 30 años que ha regresado recientemente. Nos dice que parte de la tierra pertenece a su familia. “No pudimos reconocer nada de esto”, dice Mohammed. “Solíamos plantar trigo, cebada, comino y algodón. Ahora no podemos hacer nada. Y mientras no podamos cultivar estas tierras, siempre estaremos en una pobre condición económica”, agrega, claramente frustrado.
