Desbloqueando el potencial completo de las herramientas de IA

Puntos clave:

Hace varios años, durante un vuelo de Houston a París, tuve una conversación con el CEO de una destacada empresa con sede en Houston. Cuando mencioné que era profesora, le pregunté: “¿Qué habilidades valora más al contratar?” Su respuesta fue directa pero impactante: “Siempre buscamos individuos que sepan hacer las preguntas correctas.”

Ese momento cambió mi forma de ver la enseñanza. Hacer las preguntas correctas no es solo una herramienta para aprender; es una habilidad crítica que define el éxito en ámbitos profesionales y personales. Avancemos hasta hoy, donde herramientas como ChatGPT y Copilot están transformando cómo aprendemos y trabajamos. Estas herramientas de inteligencia artificial son increíbles, pero su efectividad depende de una cosa: la calidad de las preguntas formuladas.

Ya sea que un estudiante esté investigando sobre el cambio climático, redactando un ensayo o resolviendo un problema de codificación, la capacidad de elaborar preguntas claras, reflexivas y precisas hace toda la diferencia. Cuando los estudiantes dominan esta habilidad, no solo maximizan el uso de la inteligencia artificial, sino que también construyen confianza e independencia como aprendices y pensadores.

Cómo las preguntas moldean las respuestas de la inteligencia artificial

Las herramientas de inteligencia artificial como ChatGPT y Copilot están diseñadas para responder al input que reciben. Una pregunta vaga produce una respuesta genérica, mientras que una pregunta específica y bien construida desbloquea respuestas más profundas y significativas. Considera este ejemplo:

Pregunta 1: “¿Qué es el cambio climático?”

La respuesta es básica: una definición general del cambio climático.

Pregunta 2: “¿Cómo afecta el cambio climático a la agricultura y qué prácticas sostenibles pueden adoptar los agricultores para mitigar su impacto?”

La respuesta es rica y detallada, ofreciendo información sobre causas, efectos y posibles soluciones.

Esta comparación revela el poder de la pregunta reflexiva. Una pregunta bien elaborada guía a la inteligencia artificial a generar respuestas más específicas, matizadas y accionables.

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Pero esta habilidad no se limita a la ciencia o la investigación; es esencial en todas las materias:

En literatura, los estudiantes podrían preguntar: “¿Cómo mejora el autor el tema de la pérdida mediante el uso de simbolismo?”
En historia, podrían preguntar: “¿Cuáles fueron los factores económicos clave que llevaron a la caída del Imperio Romano?”
En matemáticas, podrían refinar su pregunta de “¿Cómo resuelvo este problema?” a “¿Qué estrategias puedo usar para simplificar ecuaciones cuadráticas?”
Cuando los estudiantes aprenden a elaborar tales preguntas, desbloquean el potencial de las herramientas de inteligencia artificial no solo como máquinas de respuestas simples, sino como socios en la exploración y resolución de problemas.

Enseñar a los estudiantes a hacer las preguntas correctas

El arte de formular preguntas es transformador, no solo para el uso de la inteligencia artificial, sino para fomentar el pensamiento crítico y el aprendizaje continuo. Así es cómo los profesores pueden ayudar a los estudiantes a desarrollar esta habilidad:

Primero, comienza con la especificidad. Enséñales a los estudiantes a evitar preguntas vagas o demasiado amplias. Por ejemplo, en lugar de preguntar “¿Qué es la contaminación?”, anímalos a preguntar “¿Cuáles son las causas principales de la contaminación del aire en áreas urbanas y cómo pueden abordarlas los gobiernos?” Esto les enseña a elaborar preguntas que lleven a respuestas accionables y significativas.

Segundo, refinamiento a través de la iteración. Anima a los estudiantes a mejorar sus preguntas de forma iterativa. Pueden comenzar con una pregunta general, analizar la respuesta de la inteligencia artificial y ajustar su pregunta para lograr mayor profundidad o claridad. Por ejemplo, un estudiante investigando ecosistemas podría comenzar con “¿Qué es un ecosistema?” Después de analizar la respuesta, podrían refinarla a: “¿Cuáles son los componentes clave de un ecosistema de selva tropical y cómo interactúan para mantener el equilibrio?” Este proceso iterativo no solo mejora la calidad de los resultados generados por la inteligencia artificial, sino que también fortalece sus habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas.

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Tercero, incorpora escenarios del mundo real. Proporciona ejemplos donde hacer las preguntas correctas es crucial. Por ejemplo, durante un proyecto de investigación sobre el cambio climático, los estudiantes pueden experimentar con diferentes preguntas para ver cómo la especificidad afecta las respuestas de la inteligencia artificial. Este enfoque práctico hace que el proceso de aprendizaje sea más tangible y atractivo.

Cuarto, fomenta la exploración en todas las materias. Muestra a los estudiantes cómo hacer preguntas mejora el aprendizaje en diversas disciplinas. En ciencias, podrían preguntar “¿Qué pasaría si reemplazáramos todos los combustibles fósiles con fuentes de energía renovable?” En historia, podrían preguntar “¿Cómo impactó la Primera Guerra Mundial en los roles de las mujeres en la sociedad?” Y en escritura creativa, podrían refinar una consigna como “Escríbeme una historia.” a “Escribe una historia sobre un héroe improbable que supera la duda para salvar su aldea.”

Finalmente, practica con herramientas de inteligencia artificial. Permite a los estudiantes usar herramientas como ChatGPT para practicar la formulación iterativa de preguntas. Por ejemplo, un estudiante podría comenzar con una consigna vaga: “Explica la fotosíntesis.” Después de revisar la respuesta, podrían refinarla a: “¿Cómo utilizan las plantas la clorofila durante la fotosíntesis y por qué es este proceso vital para el ecosistema?” Esta actividad ayuda a los estudiantes a ver de primera mano cómo las preguntas específicas generan ideas más profundas y les enseña cómo interactuar de manera efectiva con las herramientas de inteligencia artificial.

Un ejemplo visual

Para reforzar estos conceptos, considera el siguiente ejemplo visual de consignas de estudiantes y respuestas de inteligencia artificial:

Pregunta inicial: “¿Qué es la fotosíntesis?”

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Respuesta de la inteligencia artificial: “La fotosíntesis es el proceso mediante el cual las plantas convierten la luz solar en energía.”

Pregunta refinada: “¿Cómo contribuyen los cloroplastos a la fotosíntesis y qué papel juega la luz en el proceso?”

Respuesta de la inteligencia artificial: “Los cloroplastos son los orgánulos en las células vegetales que capturan la luz solar. Utilizan esta energía lumínica para convertir dióxido de carbono y agua en glucosa, una forma de azúcar, y oxígeno. La luz proporciona la energía necesaria para impulsar las reacciones químicas que producen glucosa.”

Este sencillo ejercicio demuestra el valor de la pregunta iterativa y anima a los estudiantes a pensar críticamente sobre la información que buscan.

Conclusión

La conversación con el CEO en ese vuelo transatlántico fue un recordatorio de que hacer las preguntas correctas es más que una habilidad, es una mentalidad. Hoy, a medida que herramientas como ChatGPT y Copilot se vuelven cada vez más integrales a la educación, esta habilidad es más crítica que nunca.

Enseñar a los estudiantes a dominar el arte de hacer preguntas los prepara para aprovechar todo el potencial de las herramientas de inteligencia artificial, fomenta el pensamiento crítico y los prepara para el éxito en cualquier campo.

Como profesores, comprometámonos a fomentar esta habilidad esencial. ¿Qué preguntas harán tus estudiantes mañana? Asegurémonos de que sean del tipo que inspiren la curiosidad, enciendan la comprensión y abran puertas a nuevas posibilidades.

Nesren El-Baz, Educadora de ESL

Nesren El-Baz es una educadora de ESL con más de 20 años de experiencia, y es una profesora bilingüe certificada con una Maestría en Currículo e Instrucción. El-Baz actualmente reside en el Reino Unido, tiene una Maestría en Currículo e Instrucción de la Universidad Cristiana de Houston, y se especializa en desarrollar estrategias innovadoras para estudiantes de inglés y educación bilingüe.

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