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Donald Trump insistió en su determinación de tomar posesión de Groenlandia en una acalorada llamada telefónica con la primera ministra de Dinamarca, según altos funcionarios europeos.
El presidente de EE. UU. habló con Mette Frederiksen, la primera ministra danesa, durante 45 minutos la semana pasada. La Casa Blanca no ha comentado sobre la llamada, pero Frederiksen dijo que había enfatizado que la vasta isla ártica, una parte autónoma del reino de Dinamarca, no estaba en venta, aunque reconociendo el “gran interés” de Estados Unidos en ella.
Cinco altos funcionarios europeos actuales y anteriores informados sobre la llamada dijeron que la conversación había ido muy mal.
Agregaron que Trump había sido agresivo y confrontativo después de los comentarios de la primera ministra danesa de que la isla no estaba en venta, a pesar de su oferta de más cooperación en bases militares y explotación de minerales.
“Fue horrendo”, dijo una de las personas. Otro agregó: “Fue muy firme. Fue un jarro de agua fría. Antes, era difícil tomarlo en serio. Pero ahora creo que es serio y potencialmente muy peligroso”.
Los detalles de la llamada probablemente profundizarán las preocupaciones europeas de que el regreso de Trump al poder tensará los lazos transatlánticos más que nunca, a medida que el presidente de EE. UU. ejerce presión sobre los aliados para que cedan territorio.
Trump ha comenzado su segundo mandato reflexionando sobre la posibilidad de tomar el control de Groenlandia, el Canal de Panamá e incluso Canadá.
Donald Trump Jr. supuestamente aterrizando en Nuuk, Groenlandia, a principios de este mes © Ritzau Scanpix/AFP/Getty Images
Muchos funcionarios europeos esperaban que sus comentarios sobre buscar el control de Groenlandia por razones de “seguridad nacional” fueran una estratagema negociadora para ganar más influencia sobre el territorio de la OTAN. Rusia y China también están compitiendo por posición en el Ártico.
Pero la llamada con Frederiksen ha aplastado tales esperanzas, profundizando la crisis de política exterior entre los aliados de la OTAN.
“La intención fue muy clara. Lo quieren. Los daneses ahora están en modo crisis”, dijo una persona informada sobre la llamada. Otro dijo: “Los daneses están completamente alarmados por esto”.
Un ex funcionario danés agregó: “Fue una conversación muy difícil. Amenazó con medidas específicas contra Dinamarca, como aranceles dirigidos”.
La oficina de la primera ministra danesa dijo que “no reconoce la interpretación de la conversación dada por fuentes anónimas”.
Groenlandia, hogar de solo 57,000 personas, es un punto de entrada a nuevas rutas marítimas que se están abriendo gradualmente a través del Ártico; también cuenta con minerales abundantes pero de difícil acceso.
“El presidente Trump ha sido claro en que la seguridad y protección de Groenlandia son importantes para Estados Unidos, ya que China y Rusia realizan inversiones significativas en la región ártica”, dijo un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
“El presidente está comprometido no solo a proteger los intereses de EE. UU. en el Ártico, sino también a trabajar con Groenlandia para garantizar la prosperidad mutua para ambas naciones”.
Trump amenazó a principios de enero con imponer aranceles a Dinamarca si se oponía a él en Groenlandia. También se negó a descartar el uso de la fuerza militar para tomar el control de la isla.
“La gente realmente ni siquiera sabe si Dinamarca tiene algún derecho legal sobre ella, pero, si lo tiene, deberían renunciar a él porque lo necesitamos por razones de seguridad nacional”, dijo Trump en una conferencia de prensa días antes de asumir el cargo.
“Estoy hablando de proteger al mundo libre”, agregó. “Tienes barcos chinos por todas partes. Tienes barcos rusos por todas partes. No vamos a permitir que eso suceda”.
Múte Egede, primer ministro de Groenlandia, ha enfatizado repetidamente que los habitantes de la isla quieren independencia en lugar de ciudadanía estadounidense o danesa. Pero ha dado la bienvenida al interés empresarial de EE. UU. en la minería y el turismo.
Frederiksen sostuvo una reunión con directores ejecutivos de grandes empresas danesas, incluidas Novo Nordisk y Carlsberg, la semana pasada para discutir las amenazas de Trump, incluidos posibles aranceles contra su país.
El día de la llamada de Trump, ella dijo a la TV2 de Dinamarca: “No hay duda de que hay un gran interés en y alrededor de Groenlandia. Basándome en la conversación que tuve hoy, no hay razón para creer que debería ser menos de lo que hemos escuchado en el debate público”.