Mientras recorría el campo, colocó una corona en memoria de las víctimas. Fuentes cercanas al Rey dijeron que fue una visita profunda para él, y un ayudante la describió como una “peregrinación muy personal”. Horas antes, dijo que recordar los “males del pasado” seguía siendo una “tarea vital”. Al visitar el Centro Comunitario Judío en Cracovia, que abrió hace 17 años, el Rey dijo que la comunidad judía de Cracovia había “renacido” de las cenizas del Holocausto, y que construir un mundo más amable y compasivo para las generaciones futuras era la “tarea sagrada de todos nosotros”. Mala Tribich, una superviviente británica de origen polaco, de 94 años, fue liberada del campo de concentración de Bergen Belsen, y asistió al evento del lunes en Auschwitz. “Hemos visto las consecuencias de los campos y los golpes y el odio”, le dijo a la BBC. “Y lo que [los niños] aprenden en las circunstancias de un déspota puede ser tan perjudicial, no solo para ellos sino para todo lo que les rodea. Así que realmente debemos protegernos contra ello”. Lord Pickles, enviado especial del Reino Unido para temas posteriores al Holocausto y presidente de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto, advirtió que la “distorsión” estaba amenazando el legado y la verdad histórica del Holocausto. Tras escuchar a los supervivientes dentro de la carpa en Birkenau, le dijo a la BBC “vimos una transferencia de la memoria a la historia”, ya que la probabilidad de que los supervivientes pronuncien más discursos disminuye. “Eso es muy desalentador y no creo que estemos en un mundo post-Holocausto”, añadió. Una encuesta realizada la semana pasada en ocho países sugirió que existe una creencia generalizada de que otro Holocausto podría volver a ocurrir. La preocupación era particularmente alta en EE. UU. y Reino Unido, según la encuesta de 1.000 personas en cada país para la Conferencia de Reclamaciones.
