This decision by the U.S. Supreme Court is indeed a shocking and dangerous development. It goes against the very principles of democracy and accountability that our country was founded upon. The idea that a president can be immune from prosecution for their official acts opens the door to unchecked power and potential abuses of that power. It is crucial for the American people to understand the implications of this decision and to take action to protect our democracy.
Heather Cox Richardson’s analysis highlights the gravity of this situation and the urgent need for accountability and oversight of our leaders. The statements made by Chief Justice John Roberts and other justices in the past about the importance of the rule of law and equality before the law are now contradicted by this decision, which sets a dangerous precedent for the future.
We must not allow any individual, regardless of their position or power, to be above the law. The consequences of such a scenario are dire, as illustrated by the potential abuses of power that could occur if a president is granted absolute immunity. It is up to the American people to uphold the principles of democracy and hold our leaders accountable for their actions.
This decision by the Supreme Court should serve as a wake-up call for all citizens to actively engage in protecting our democracy and ensuring that our leaders are held to account. We cannot afford to allow unchecked power to undermine the very foundations of our country. It is only through vigilance and collective action that we can safeguard our democracy for future generations.
La decisión de hoy de la Corte Suprema de Estados Unidos de dar inmunidad a Donald Trump ha generado opiniones encontradas. A través de las redes sociales, se ha elogiado la decisión como “BRILLANTEMENTE ESCRITA Y SABIA, Y LIMPIA EL HEDOR DE LOS JUICIOS Y ENGAÑOS DE BIDEN, TODOS ELLOS, QUE HAN SIDO UTILIZADOS COMO UN ATAQUE INJUSTO AL OPONENTE POLÍTICO DEL CORRUPTO JOE BIDEN, YO. MUCHOS DE ESTOS CASOS FALSOS AHORA DESAPARECERÁN, O SE IRÁN DESVANECIENDO EN LA OSCURIDAD. ¡QUE DIOS BENDIGA A AMÉRICA!”
En una opinión concurrente, el juez Clarence Thomas, cuya esposa estuvo profundamente involucrada en el esfuerzo por revertir las elecciones presidenciales de 2020, también criticó el nombramiento de fiscales especiales para investigar tales eventos. Thomas no fue el único juez cuya participación en esta decisión probablemente fue cubierta por un requisito de recusación: Alito ha expresado públicamente su apoyo al intento de mantener a Trump en el cargo en contra de la voluntad de los votantes. Trump nombró a otros tres jueces que le otorgaron inmunidad: Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett, para la corte.
En un voto en disidencia en el que las juezas Elena Kagan y Ketanji Brown Jackson también estuvieron de acuerdo, la jueza Sonia Sotomayor escribió que debido a la decisión de la mayoría, “[l]a relación entre el Presidente y las personas a las que sirve ha cambiado irrevocablemente. En cada uso del poder oficial, el Presidente es ahora un rey por encima de la ley”.
“Nunca en la historia de nuestra República un Presidente había tenido motivos para creer que estaría exento de enjuiciamiento penal si usaba los recursos de su cargo para violar la ley penal. Sin embargo, de ahora en adelante, todos los ex Presidentes estarán revestidos de tal inmunidad. Si el ocupante de ese cargo abusa del poder oficial para beneficio personal, la ley penal a la que el resto de nosotros debemos obedecer no proporcionará un respaldo. Con temor por nuestra democracia”, escribió, “disiento”.
La decisión de hoy destruyó el principio en el que se fundó esta nación, que todas las personas en los Estados Unidos de América deberían ser iguales ante la ley.
El nombre del caso es “Donald J. Trump v. Estados Unidos”.