Un total de 215 de los 306 miembros de la Cámara de Representantes votaron a favor de la destitución, muy por encima del umbral de un tercio necesario para que el proyecto de ley sea aprobado. El proyecto de ley ahora será escuchado por el Senado de 24 miembros, que se reunirá como un tribunal de destitución. Si es encontrada culpable, Duterte enfrenta su destitución de su cargo y sería la primera vicepresidenta en la historia de Filipinas en ser destituida. También sería permanentemente vetada de ocupar un cargo público. Se espera que permanezca en el cargo hasta que el Senado emita su juicio. Aún no se ha fijado una fecha para el juicio. Aunque no ha revelado sus planes futuros, Duterte – que es la hija del ex presidente Rodrigo Duterte – es ampliamente percibida como una posible sucesora de Marcos, quien no puede postularse para un segundo mandato en 2028. Los herederos de dos dinastías políticas filipinas, Duterte y Marcos, inicialmente compitieron por la presidencia en la antesala de las elecciones de 2022. Ella estaba ligeramente por delante de Marcos en las encuestas de opinión, pero decidió convertirse en su compañera de fórmula en su lugar. Los analistas dijeron que esto aseguró la victoria abrumadora de la pareja. Sin embargo, la alianza comenzó a desmoronarse a medida que seguían sus agendas políticas separadas. También diferían en aspectos cruciales, como la diplomacia. Marcos ha girado a Filipinas de nuevo hacia Estados Unidos, revirtiendo la postura pro-China del padre de Duterte.
