Reseña de Pizarra Limpia – La comedia de Laverne Cox es tan adorable que es imposible resistirse | Televisión

El trabajo póstumo puede ser complicado de evaluar, pero Clean Slate, producido ejecutivamente por el fallecido gran ícono de la televisión Norman Lear, irradia su cálida e inteligente firma. El creador de comedias de TV estadounidenses que llegaron a definir los años 70, incluyendo All in the Family, Good Times y The Jeffersons, había regresado a nuestros hogares en la última década. Fue el productor ejecutivo del remake feminista y enérgico de su sitcom One Day at a Time, que trajo de vuelta a nuestras pantallas a la legendaria Rita Moreno, y se había unido a Clean Slate en el momento de su muerte. Las marcas de Lear de relaciones familiares complicadas, política progresista y empatía sin límites están por todas partes en su proyecto final, que es un testimonio de su capacidad para hacer televisión que fuera divertida, graciosa y radical.

A diferencia de muchos de sus programas anteriores, Clean Slate es una sitcom de multicámara sin risas grabadas; sigue a Desiree Slate (la estrella emergente de Orange Is the New Black Laverne Cox), una glamorosa galerista de arte que se encuentra soltera, sin dinero y obligada a dejar Nueva York para regresar a su hogar de la infancia en Alabama. Se muda con su cascarrabias padre Harry Slate (la leyenda de la comedia George Wallace), quien se sorprende al enterarse de que su hijo distanciado ha hecho la transición, aunque, como ella señala: “Siempre he sido Desiree”.

El dúo reunido se propone arreglar su relación, y Harry se sorprende pero de inmediato se muestra receptivo a esta nueva dinámica. Aunque frecuentemente se equivoca al referirse con los pronombres incorrectos y comprender la pasión de Desiree por el arte, nunca es odioso. Harry pone de buena gana cinco dólares en un frasco cada vez que accidentalmente malgénero a su descendiente, y desafía a cualquiera que cuestione su transición. El dúo tiene una química encantadora, con Cox lanzando agudas ocurrencias sobre Beyoncé, mientras que Wallace logra un equilibrio perfecto entre jovialidad y cortar a la gente a medida con sus ingeniosos comentarios ácidos. Frecuentemente en el extremo receptor de su lengua afilada está su colega del lavado de autos, el ex presidiario reformado Mack (Jay Wilkison); Harry le recuerda que su reciente encarcelamiento es lo único interesante acerca de él. Mack, a su vez, está acompañado regularmente por la hija adolescente precoz típica de las sitcoms, quien rápidamente entabla una amistad con Desiree después de preguntar cortésmente qué pronombres prefiere. También fiel al formato clásico de las sitcoms, hay una tensión romántica entre Desiree y Mack.

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Por más dulce y acogedor que sea este programa con frecuencia, evita el almíbar al nivel de Hallmark. Alabama no siempre está “tratando de adaptarse” a sus habitantes queer como lo hace Harry: el pastor intolerante Hughes (Keith Arthur Bolden) recibe las identidades de Desiree y su amigo queer Louis (DK Uzoukwu) con hostilidad. Pero Cox es una presencia tan encantadora, que es totalmente convincente que casi todos los demás que conoce están encantados por ella. El programa no trata a Desiree ni a su trascendencia como una curiosidad o un chiste, en cambio bromea con su pretensión del mundo del arte y su dependencia del lenguaje terapéutico y la astrología.

Cox y Wallace, junto con Dan Ewen, son acreditados como creadores del programa, y la sitcom juega con sus fortalezas específicas; sus personajes están muy alineados con sus personalidades públicas de glamorosa sassy y contadora de verdades divertida, respectivamente. Pero fiel al trabajo previo de Lear, estas son payasadas cómicas fundamentadas en una conciencia social, y a veces su entrega es muy directa. En sus momentos más débiles, esto incluye diálogos torpes como: “Lo mejor que puedes hacer es ir donde te quieren y obtener lo que deseas”.

Aun así, incluso cuando carece de sutileza, los personajes y la historia del programa son tan adorables que es imposible resistirse a sus deleites acogedores. La combinación de comodidad sin riesgos y representación poco vista se siente simultáneamente como un placer clásico y una pieza refrescante de progreso. En un momento donde la identidad queer está cada vez más politizada y amenazada, Clean Slate es un antídoto bienvenido: una historia encantadora que permite a Cox mostrar su magnetismo innato. Su trabajo como activista y como actriz ha estado a la vanguardia de la representación trans, y el liderar una sitcom en Prime Video producida ejecutivamente por uno de los grandes es un testimonio del prestigio cultural que ha construido en las últimas dos décadas. Aunque Norman Lear falleció a finales de 2023 a la avanzada edad de 101 años, antes de que las travesuras de Desiree y Harry fueran filmadas, al ver estos ocho episodios no puedes evitar sentir que estaría orgulloso del clan Slate y de su legado continuo.

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Clean Slate está en Prime Video

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