Spain, the second most popular destination for overseas visitors after France, is experiencing a resurgence in tourism post-Covid. With a record 94 million visitors in 2024, Spain is now competing with France to be the world’s top foreign tourist hub. This growth in tourism, along with investments in industries such as financial services, technology, and green energy, has propelled Spain’s economy to outgrow other major European economies like Germany, France, Italy, and the UK. The country’s balanced economic model, supported by post-pandemic recovery funds from the EU and reforms aimed at job stability, has helped Spain withstand economic shocks and maintain growth. Despite challenges like a high jobless rate, Spain’s economy is showing signs of resilience and potential for further development in areas such as electric vehicle production and renewable energy infrastructure. España atrae el segundo mayor número de visitantes extranjeros después de Francia [Getty Images] Ha reducido el número de trabajadores en empleo temporal sin impedir la creación de empleo.
Además, aunque la llegada de inmigrantes ha generado un feroz debate político, su absorción en el mercado laboral es vista por muchos como crucial para un país con una población que envejece rápidamente.
El primer ministro socialista, Pedro Sánchez, ha sido enfático en subrayar la necesidad de inmigrantes, describiendo su contribución a la economía como “fundamental”.
La Comisión Europea ha pronosticado que España continuará liderando el crecimiento entre las grandes economías del bloque este año y se mantendrá por delante del promedio de la UE. Sin embargo, se avecinan desafíos.
Protestas contra el número de turistas han tenido lugar desde las Islas Canarias hasta Mallorca [Getty Images]
La fuerte dependencia del turismo – y una creciente reacción en contra de la industria por parte de la gente local – es una preocupación.
Otro problema es la vasta deuda pública de España, que es mayor que la producción económica anual del país.
María Jesús Valdemoros advierte que esto es “un desequilibrio que necesitamos corregir, no solo porque las nuevas normas fiscales de la UE lo exigen, sino porque podría causar inestabilidad financiera”.
Además, ha estallado una crisis de vivienda en todo el país, dejando a millones de españoles luchando por encontrar alojamiento asequible.
Con un panorama político incierto y profundamente polarizado, es difícil para el gobierno minoritario de Sánchez abordar estos problemas. Pero, mientras intenta resolver estos enigmas, España está disfrutando de su estatus como motor del crecimiento europeo.