5 prácticas restaurativas que ayudan a los maestros a crear conexiones

Puntos clave:

No se puede subestimar la influencia de la escuela en el desarrollo socioemocional de un estudiante. Fuera de su familia inmediata, un estudiante pasará la mayor parte de su vida entre un maestro y compañeros de clase. Este pequeño círculo de compañeros será la fuerza determinante en su vida social, y las experiencias que encuentren dentro de él finalmente darán forma a su comportamiento durante años después. Esto pone una enorme responsabilidad en los educadores que se esfuerzan por hacer que sus aulas sean un lugar donde cada estudiante se sienta visto, alentado y respetado.

Los niños son, bueno, niños. Van a ser desordenados. Van a cometer errores. Habrá lágrimas, peleas, malentendidos y todo el drama que viene con los jóvenes a medida que crecen. La buena noticia es que los maestros pueden ayudar a los estudiantes a navegar estos momentos incómodos y frustrantes dirigiéndolos hacia una resolución positiva. La clave radica en abordar cada conflicto con un conjunto reflexivo de prácticas restaurativas.

Las prácticas restaurativas son estrategias que se centran en reparar el daño y reconstruir las relaciones entre estudiantes. Los principios de las Prácticas Restaurativas incluyen:

  • Relación: Construir relaciones sólidas dentro de la comunidad
  • Respeto: Tratar a los demás con respeto
  • Responsabilidad: Asumir la responsabilidad de tus acciones
  • Reparación: Arreglar el daño que se ha causado
  • Reintegración: Reintegrar al estudiante en la comunidad

Aunque la disciplina ciertamente tiene un lugar importante en una comunidad escolar, no siempre conduce a un cambio de actitud o aborda problemas subyacentes. Las prácticas restaurativas se centran en restablecer las conexiones entre los estudiantes, no solo en corregir el comportamiento. Lo mejor de todo es que permiten a los educadores abordar los problemas con más flexibilidad y brindar a los estudiantes la oportunidad de comprender y tomar posesión de su comportamiento.

Sin embargo, incluso con la mentalidad correcta, las prácticas restaurativas pueden ser difíciles de implementar sin alguna orientación inicial. Aquí hay solo cinco estrategias que pueden ayudar a los maestros a comenzar con prácticas restaurativas en sus propias aulas:

1. ¿Grosero, malo o acosador? Utilizando un círculo comunitario, guía a los estudiantes a través de ejercicios que les ayuden a entender las diferencias entre cuando algo es grosero, malo o acosador. Comienza definiendo las tres categorías para que los estudiantes puedan distinguir entre un accidente y un comportamiento intencional y agresivo. A continuación, preséntales diferentes escenarios (alguien dice algo desagradable, alguien te empuja, etc.). Finalmente, pide a los estudiantes que identifiquen si el ejemplo es grosero, malo o acosador. Esto les permite reconocer y responder a futuros conflictos de manera apropiada.

2. Escalar el problema: En esta actividad de juego de roles, los estudiantes aprenden a identificar el tamaño de un problema. Divide a los estudiantes en grupos y asigna a cada grupo un tamaño de problema (muy pequeño, pequeño, mediano, grande, muy grande). Haz que cada grupo cree un escenario basado en su tamaño de problema y lo represente para la clase. Una vez terminado, haz que la clase discuta los tamaños de problema y cómo deberían reaccionar ante cada uno.

3. Preguntas restaurativas: La actividad de preguntas restaurativas es una forma positiva de abordar un conflicto existente, y permite que todas las partes involucradas sean escuchadas. Haz que un estudiante responda las siguientes cinco preguntas. Una vez que haya terminado, haz que el siguiente estudiante responda las mismas preguntas. Esto le da a cada estudiante la oportunidad de hablar mientras también apoya la desescalada.

  • ¿Qué pasó?
  • ¿Qué estabas pensando en ese momento?
  • ¿En qué has pensado desde entonces?
  • ¿Quién se ha visto afectado por lo que has hecho? ¿De qué manera?
  • ¿Qué crees que necesitas hacer para arreglar las cosas?

4. Círculos restaurativos: Los círculos restaurativos pueden servir como una rápida revisión y como una forma para que un maestro tome la temperatura de la sala antes de comenzar una lección. Pregunta a los estudiantes cómo se sienten, invítales a compartir sus pensamientos y estar preparado para abordar cualquier problema que pueda estar surgiendo entre los compañeros de clase.

5. Completar oraciones: Los estudiantes pueden usar completar oraciones para comunicarse entre ellos de una manera significativa y directa. Este ejercicio puede ayudar a prevenir que los conflictos se salgan de control y permitir a los maestros dirigir la conversación en una dirección saludable. Algunos ejemplos incluyen:

  • Me siento (emoción) cuando (situation).
  • Me siento (emoción) cuando (situation), y me gustaría (acción).
  • Quiero (acción útil).

Incorporar prácticas restaurativas en el aula permite a los maestros manejar conflictos mientras crean una cultura que respeta y valora a cada estudiante. Al enfocarse en la construcción de relaciones, la responsabilidad y el respeto mutuo, los educadores pueden ayudar a los estudiantes a navegar los desafíos comunes y equiparlos con el conocimiento emocional que necesitarán para tener éxito como adultos. Aunque puede llevar tiempo, las recompensas valen el esfuerzo.

Kim Harding, Instituto de Educación Van Andel

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