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Los burros han aparecido en muchas películas, desde la animación con voz de Eddie Murphy en Shrek hasta Eeyore en la versión de Disney de Winnie the Pooh, así como también tomando papeles principales en clásicos del cine como la celebrada Au hasard Balthazar (1966) de Robert Bresson y el reciente EO de Jerzy Skolimowski.
Pero después de la noticia de que la Universidad de Exeter ofrecerá un módulo de estudios cinematográficos que analiza cómo la representación de los burros en las películas ha afectado las actitudes públicas hacia ellos al representarlos de manera negativa como tercos o cómicos, ¿hay otras especies animales que merecen una rehabilitación de su representación en el cine? Aquí hay cuatro sugerencias…
Simios
Poco probables de golpearte hasta la muerte con huesos
Vistos en 2001: Una odisea del espacio, El planeta de los simios, King Kong, y también en aquella en la que un orangután se va de viaje por carretera con Clint Eastwood por alguna razón
Los grandes simios han tenido una mala representación en las películas. Los verdaderos villanos de la franquicia El planeta de los simios pueden haber sido revelados en ese famoso final, pero en su mayoría, toda la serie gira en torno a simios inteligentes superando a los homo sapiens a diestra y siniestra. Ningún gran simio ha montado a caballo o disparado un arma. También es quizás injusto que Stanley Kubrick haya atribuido toda la evolución de la civilización humana y el conflicto a un simio golpeando a otro hasta la muerte con unos viejos huesos porque un monolito espacial se lo indicó. En el King Kong original de 1933, la bestia malentendida puede haber pisoteado a varios habitantes de la Isla Calavera y disfrutado devorando a residentes del Empire State Building mientras subía a su perdición, pero básicamente al principio de la película él solo estaba ocupándose de sus propios asuntos. Lo cual es realmente lo que la mayoría de grandes simios hacen en la naturaleza, en sus hábitats cada vez más reducidos a medida que los humanos los invaden, no al revés.
Tiburones
Malos cuando ocurren, pero los ataques de tiburón son extremadamente raros
Vistos en Tiburón, Sharknado y esa terrible cosa de Netflix Bajo París
Los ataques de tiburón son malos y aterradores cuando ocurren, pero extremadamente raros, a pesar de que, desde Tiburón de 1975, los tiburones han sido retratados una y otra vez como enemigos públicos número 1 en numerosas películas, a veces incluso asistidos por el viento. Los tiburones matan a menos de 10 humanos al año, y tienes más posibilidades de ser asesinado por intoxicación alimentaria, cortadoras de césped o un rayo. Considera cómo se tratan a los tiburones en comparación con el hipopótamo. Los hipopótamos matan a más personas que los tiburones cada año, pero ¿qué música asocias con los tiburones? Probablemente puedas escuchar en tu cabeza la inquietante banda sonora de John Williams en este momento. ¿Y los hipopótamos? Su momento más famoso en el cine es bailar un ballet animado con la música de Amilcare Ponchielli en Fantasía de Disney (1940).
Conejos
No son una especie belicosa
Vistos en Atracción fatal y Watership Down
Su dramática aparición en Atracción fatal de 1987 puede que no haya sido culpa del conejo, pero ha contribuido a que el término “hervidor de conejos” haya permanecido como un tropo misógino tóxico, gracias a un papel por el cual Glenn Close se ha disculpado posteriormente. Pero donde la cultura popular realmente ha perjudicado a los conejos es al traumatizar a toda una generación de niños en la década de 1970 a través de General Woundwort y la guerra de Efrafa en Watership Down. Y eso sin mencionar la necesidad ligeramente espeluznante del Conejo de terciopelo de Margery Williams y el horror sangriento y perturbador del conejo-adjunto en Starve Acre. En la vida real, los conejos son mullidos, les encanta un poco de lechuga, y su entusiasmo por la reproducción demuestra claramente que, a diferencia de Woundwort, apoyan el lema “haz el amor, no la guerra”.
Pingüinos
Ni tan villanos ni tan astutos
Vistos en Wallace y Gromit y Madagascar
En los últimos años, la animación y la plastilina nos han presentado a pingüinos manipuladores y vengativos. El maestro criminal Feathers McGraw es posiblemente el mayor villano del cine mudo de todos los tiempos, mientras que el cuarteto de Skipper, Kowalski, Private y Rico en la franquicia de Madagascar sugiere que las aves no voladoras han evolucionado a un nivel de sofisticación organizativa de grado militar. Los pingüinos no son en absoluto así. Incluso un vistazo superficial a los documentales de la naturaleza revelará que sus vidas pueden ser increíblemente caóticas, como este clip viral de dos grupos de pingüinos que se detienen a charlar y luego varios de ellos se confunden sobre a qué grupo pertenecen en el proceso, es típico del género. También se sabe que los pingüinos intentan impresionarse mutuamente ofreciéndose amorosamente regalos de guijarros. Los pingüinos de las películas deberían ser representados más como los de Happy Feet, y verse menos tiempo disfrazándose de pollos para realizar una ola de crímenes.
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