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La Casa Blanca ha dicho que seleccionará a los periodistas que tendrán el acceso más cercano a Donald Trump, despojando esa elección de un grupo de reporteros que durante décadas ha decidido quién participa en el “pool” que cubre a los presidentes de EE. UU.
El movimiento fue anunciado por Karoline Leavitt, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, durante una reunión informativa el martes en la que dijo que su equipo “determinará quién tendrá el acceso muy privilegiado y limitado en espacios como el Air Force One y la Oficina Oval”.
“Vamos a devolver el poder a las personas que leen sus periódicos, que ven sus programas de televisión y escuchan sus emisoras de radio”, dijo Leavitt. Añadió que el movimiento estaba diseñado para traer “nuevas voces” para cubrir a Trump junto a las organizaciones de medios de comunicación “tradicionales”.
Trump luego les dijo a los reporteros: “vamos a tomar esas decisiones”.
El impulso de Leavitt revierte el sistema actual, en el que la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca, un grupo de reporteros que ha existido desde 1914, establece una rotación de medios para formar parte del pool.
El grupo tiene el acceso más cercano a los presidentes de EE. UU. en Washington y en viajes nacionales y al extranjero.
“Este movimiento socava la independencia de una prensa libre en los Estados Unidos”, dijo la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca, cuyos miembros incluyen reporteros del Financial Times, el martes.
“Sugiere que el gobierno elegirá a los periodistas que cubren al presidente. En un país libre, los líderes no deben poder elegir su propio cuerpo de prensa”.
El paso aumentará las preocupaciones de que Trump se esté moviendo rápidamente para socavar algunas de las normas e instituciones fundamentales de la democracia estadounidense.
La Casa Blanca ya ha tomado medidas para tomar más control de las agencias independientes del gobierno, purgar el servicio civil de cualquier personal disidente y despedir a funcionarios nombrados por el ex presidente Joe Biden.
Trump tiene un historial de críticas a las organizaciones de medios tradicionales a lo largo de su carrera política, calificándolas de “noticias falsas” y “enemigas del pueblo”.
En los primeros meses del segundo mandato de Trump, la Casa Blanca ha tomado medidas para excluir a la Agencia Associated Press del acceso al “pool” debido a su negativa a cambiar el nombre del Golfo de México por el de “Golfo de América”.
Trump había instruido al gobierno de EE. UU. a adoptar el nuevo nombre poco después de volver a la Casa Blanca.
La AP ha demandado a la Casa Blanca para restablecer su acceso al pool basado en el derecho constitucional a la libertad de expresión. Sin embargo, el lunes un juez federal falló a favor de Trump por ahora, diciendo que la AP no estaba enfrentando un “daño irreparable” por su falta de participación en el pool.
A pesar de la naturaleza de la litigación, Leavitt celebró la decisión del juez, diciendo que reforzaba la noción de que hacer preguntas al presidente en espacios limitados era “un privilegio que, desafortunadamente, solo se ha concedido a unos pocos” y no era “un derecho legal para todos”.