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OpenAI ha lanzado su modelo de inteligencia artificial más grande con menos “alucinaciones”, lo último en una oleada de lanzamientos de IA por parte de grupos tecnológicos estadounidenses.
La compañía con sede en San Francisco presentó el jueves GPT-4.5, su esperada actualización a la tecnología que respalda su popular producto ChatGPT. En pruebas iniciales, su tasa de alucinación, donde los sistemas de IA generan información inexacta, fue del 37 por ciento en comparación con casi el 60 por ciento en su predecesor GPT-4o.
Con GPT-4.5, OpenAI continúa apostando por modelos de lenguaje grandes y costosos a pesar de la llegada de productos más pequeños altamente capaces, como el R1 de la startup china DeepSeek, que son abiertos, más baratos y accesibles para los desarrolladores.
Esto ocurre en medio de una creciente competencia dentro de la industria de la IA en rápida evolución, ya que los grupos tecnológicos se han apresurado a lanzar sus últimos modelos en las últimas semanas. Anthropic reveló su Claude 3.7 Sonnet el lunes, lo que siguió al lanzamiento la semana pasada de Grok 3, el último modelo de xAI de Elon Musk.
OpenAI dijo en una publicación en su blog el jueves que GPT-4.5 tenía “un conocimiento más amplio y una comprensión más profunda del mundo, lo que lleva a una reducción de alucinaciones y una mayor confiabilidad en una amplia gama de temas”.
“Con cada nuevo orden de magnitud de cómputo vienen capacidades novedosas”, dijo la compañía, agregando que GPT-4.5 estaba “en la frontera de lo que es posible en el aprendizaje no supervisado”.
OpenAI ha estado a la vanguardia de una carrera global para liderar la industria de la IA, recaudando decenas de miles de millones de inversores para financiar modelos más grandes con capacidades aumentadas que requieren vastas cantidades de energía informática.
Está en conversaciones con SoftBank y otros inversores para recaudar hasta $40 mil millones a una valoración de $300 mil millones, incluido el nuevo dinero. Anthropic también está recaudando alrededor de $3.5 mil millones a una valoración de más de $60 mil millones, según dos personas con conocimiento de ese proceso.
Sin embargo, los enormes costos de operar modelos más grandes han llevado a OpenAI a considerar retirar el acceso de los desarrolladores a GPT-4.5 en medio de una feroz competencia en precios de rivales.
OpenAI dijo que si bien se ofrecerá una vista previa de GPT-4.5 a los desarrolladores que paguen por usar los modelos de OpenAI a través de su interfaz de programación de aplicaciones (API), este acceso podría ser revocado en el futuro.
Los grupos de IA generan principalmente ingresos a través del acceso pagado a la API y suscripciones individuales. OpenAI dijo que verá cómo los desarrolladores utilizan el potente modelo y si vale la pena ofrecérselo considerando el alto costo de operarlo.
La compañía dijo: “GPT‐4.5 es un modelo muy grande y que requiere mucha energía informática, lo que lo hace más caro que y no un reemplazo de GPT‐4o [su predecesor]. Por esta razón, estamos evaluando si seguir sirviéndolo en la API a largo plazo mientras equilibramos el apoyo a las capacidades actuales con la construcción de futuros modelos”.
El director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, ha dicho anteriormente que GPT-4 costó más de $100 millones en entrenamiento, y se espera ampliamente que estos costos aumenten a medida que el tamaño y las capacidades de los modelos se escalen y requieran más potencia informática para entrenarlos y ejecutarlos.
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En una publicación en X después del anuncio, Altman dijo que la compañía estaba “sin GPUs”, los chips necesarios para ejecutar y entrenar sistemas de IA.
“Así no es como queremos operar, pero es difícil predecir con exactitud los aumentos de crecimiento que conducen a escasez de GPU”, dijo, agregando que esperaban obtener más en las próximas semanas.
También destacó que GPT-4.5 no se centraba en el razonamiento y no superaría los estándares de la industria, pero tenía “un tipo diferente de inteligencia y hay una magia en ello que no había sentido antes”.
Reportaje adicional de George Hammond en San Francisco y Melissa Heikkilä en Londres