El primer ministro Keir Starmer ha confirmado que el esquema de deportación a Ruanda está “muerto y enterrado”, en su primer día completo en el cargo.
El líder laborista dijo que pondría fin al “truco” de deportar a migrantes que llegan ilegalmente al Reino Unido a Ruanda, establecido por el gobierno conservador anterior.
El laborismo hizo campaña con la promesa de eliminar el esquema, que ya ha costado alrededor de £310 millones, prometiendo un enfoque más efectivo para abordar la inmigración ilegal y reemplazarlo.
En su primera conferencia de prensa desde que entró en el número 10, Sir Keir dijo a los periodistas: “El esquema de Ruanda estaba muerto y enterrado antes de comenzar”.
Argumentó que el esquema nunca ha sido un disuasivo, ya que solo deportaría “menos del 1%” de los que llegan en pequeñas embarcaciones.
Las implicaciones financieras de desechar el esquema y el costo total para el contribuyente aún no se conocen. El fin del esquema también deja en duda el destino de 52,000 migrantes designados para deportación.