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La administración de Trump ha reducido casi a la mitad la fuerza laboral del departamento de educación de EE. UU., en un paso hacia la promesa del presidente de abolir la agencia.
El departamento de educación dijo el martes que estaba en su “misión final” al anunciar que despediría a más de 1,300 trabajadores.
La medida se produce cuando el presidente Donald Trump considera si emitir una orden ejecutiva para cerrar el departamento, aunque se necesitaría un acto del Congreso para abolirlo por completo.
La secretaria de educación, Linda McMahon, dijo a Fox News la semana pasada que pensaba que Trump “ciertamente tiene la intención de firmar” una orden ejecutiva que llevaría al cierre del departamento.
El departamento ha sido durante mucho tiempo un objetivo de los conservadores, quienes argumentan que la educación debería dejarse completamente en manos de los estados individuales, que establecen planes de estudio y manejan la gestión diaria del sistema de educación pública o estatal del país.
El Proyecto 2025, el plan para una presidencia conservadora elaborado por el grupo de expertos de derecha Heritage Foundation, pedía la eliminación del departamento.
Trump ha dicho que quiere que “los estados dirijan las escuelas” y que McMahon “se quede sin trabajo”.
“La reducción de personal de hoy refleja el compromiso del Departamento de Educación con la eficiencia, la responsabilidad y asegurar que los recursos se dirijan donde más importan: a los estudiantes, padres y maestros”, dijo McMahon el martes. Llamó a la medida “un paso significativo hacia la restauración de la grandeza del sistema educativo de Estados Unidos”.
El departamento pasará de tener un personal de 4,133 a aproximadamente 2,183 empleados. Los recortes incluyen a 572 trabajadores que han renunciado voluntariamente, incluso a través de las indemnizaciones federales del gobierno de Trump. Los empleados afectados serán puestos en licencia administrativa a partir del 21 de marzo.
Los educadores han advertido que las familias de bajos ingresos serían las más afectadas por la desarticulación del departamento.
La Federación Estadounidense de Maestros dijo que la decisión afectaría al 90 por ciento de los niños estadounidenses que asisten a escuelas estatales o públicas. La reducción de la fuerza laboral estaba “lanzando a los programas federales de educación al caos en todo el país”, dijo la presidenta de la AFT, Randi Weingarten.
“Diez millones de estudiantes que dependen de ayuda financiera para ir a la universidad o seguir una carrera se quedarán en el limbo. Los estados y distritos se verán obligados a navegar por crisis de financiamiento sin apoyo federal, perjudicando a millones de estudiantes con discapacidades y estudiantes que viven en la pobreza”, agregó.
El departamento de educación supervisa los préstamos estudiantiles para la universidad, así como las subvenciones especiales de educación superior para estudiantes de bajos ingresos, conocidas como Pell Grants. También otorga dinero a los distritos escolares individuales para financiar la educación primaria y secundaria de niños con necesidades especiales y de bajos ingresos.
La agencia dijo que aún “cumplirá con todos los programas estatutarios que caen bajo la jurisdicción de la agencia, incluida la financiación por fórmula, préstamos estudiantiles, Pell Grants, financiamiento para estudiantes con necesidades especiales y la concesión de subvenciones competitivas”.