Cuando el matrimonio entre la silla y el presidente se agria (opinión)
En una conversación reciente con alguien cuya presidencia y la mía se superpusieron (1992-2003), hablamos sobre cómo, a pesar de que trabajábamos las 24 horas del día, los 7 días de la semana y perdíamos bastante sueño, principalmente amábamos lo que hacíamos e incluso nos divertíamos mucho haciéndolo. No es lo que estoy escuchando hoy … Leer más